Danza, erotismo y horror: La reinterpretación teatral de Drácula con perspectiva feminista 
Anunciada como 'una experiencia inmersiva', la obra presentada por Un Teatro lleva a la audiencia a experimentar la fascinación hacia el horror a través de lo erótico.
- Redacción AN / BJC

Por: Brandon J. Celaya Torres
“El erotismo, se podría decir, es aceptar la vida hasta la muerte”. Con esta fórmula el escritor y antropólogo francés Georges Bataille define la experiencia psicológica y espiritual de lo erótico, inevitablemente ligada a la muerte, la transgresión y la búsqueda de una “continuidad del ser”.
A través del erotismo, según Bataille, el individuo busca trascender su aislamiento y experimentar una profunda continuidad con otro ser, aunque sea de forma temporal. ¿Pero qué sucedería si el humano pudiera ser inmortal y experimentar la concupiscencia sensual eternamente? La adaptación de Drácula dirigida por Jéssica Sandoval responde a través de la danza, el teatro y un viaje sensorial esta pregunta.
Pero la obra de Sandoval- coreógrafa, directora, productora y fundadora de Un Teatro- no se queda solo en la exploración de lo erótico a través del icónico vampiro de Bram Stoker, sino que subvierte elementos clásicos del libro para darle una perspectiva feminista más explícita, por ejemplo, representando a Van Helsing como un personaje femenino.

Foto: Cortesía (Un Teatro)
“La mordida de Drácula es un símbolo de la aceptación de la sexualidad femenina, del disfrute, del goce y el éxtasis”, describe Jessica en entrevista para Aristegui Noticias. “Ciertas feministas ven a esta obra dramática como el primer libro feminista. Tomo esta interpretación y elementos de los vampiros, de cómo las mujeres los querían en su habitación para el goce sexual y morían extasiadas”.
“A partir de eso tomo a Drácula como símbolo de la sexualidad, del placer, del disfrute, del goce y del éxtasis“, añade.
A diferencia de la mayoría de las adaptaciones existentes, la de Jessica opta por no seguir una narrativa tradicional, representado en su lugar escenas claves a través de la danza como si se tratara de un sueño episódico.

Foto: Cortesía (Un Teatro)
“Mi objetivo no es contar la historia de Drácula, sino tomar ciertos momentos y explorar la narrativa, el erotismo, el miedo, el horror con el cuerpo“, explica la coreógrafa. Sensaciones que solo son posibles a través del teatro.
“El teatro nos da siempre el encuentro. El encuentro de dos o más seres vivos que siempre será irremplazable. La mirada, la respiración, la energía que emana un cuerpo y que llega al otro“, enfatiza Sandoval.
Anunciada como “una experiencia inmersiva”, la obra presentada por Un Teatro lleva a la audiencia a experimentar la fascinación hacia el horror a través de lo erótico haciendo uso no solo del cuerpo, sino del espacio, la iluminación y todo el dispositivo escénico.
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Para Bataille, el erotismo es la transgresión por excelencia, permitiendo romper las barreras de la individualidad y el pudor para lograr la “disolución relativa del ser”. Justamente, los cuerpos en Drácula suelen fusionarse a través de su coreografía que va desde las posesiones vampíricas hasta momentos de sutil seducción.

Foto: Cortesía (Un Teatro)
“En los detalles está el ojo de Dios, que es lo que al final vamos a percibir y no solo los movimientos, sino también la mirada”, comparte la directora y coreógrafa. “Hay una parte en que se sube a la mesa una de las bailarinas y empiezan a devorarla. Quienes la devoran van bajando la mirada, pero en un momento la levantan hacia el espectador. En ese sentido es buscar esa complicidad, ese voyeur, de esto que estoy sintiendo y que quiero que me acompañe y lo sienta conmigo”.
Drácula se presenta todos los viernes en el foro cultural Un Teatro ubicado en la colonia Hipódromo de la Ciudad de México.

Imágenes: Un Teatro
“Queremos llevarla hasta por lo menos noviembre, estamos apostando por temporadas largas”, expresa Sandoval.