Beber este ‘jugo’ es como tomar 10.7 cucharadas de azúcar: El Poder del Consumidor 
Además, la bebida contiene Caramelo IV, un colorante sintético con compuestos cancerígenos.
- Redacción AN / LP

[Síguenos ahora también en WhatsApp. Da clic aquí]
La organización El Poder del Consumidor emitió una alerta respecto a los peligros de consumir bebidas azucaradas que contienen altas concentraciones de azúcares añadidos y aditivos nocivos para la salud.
Uno de los productos en particular ha generado preocupación debido a la cantidad de azúcar que aporta en una sola porción.
Este tipo de bebidas, aparentemente inofensivas, en realidad contienen un 100% de calorías provenientes de azúcares añadidos, lo que plantea riesgos graves para la salud, especialmente en niños y adolescentes.
En el caso de una bebida ampliamente comercializada como “bebida de uva“, la cantidad de azúcar contenida es alarmante.
Un envase de 413 mililitros de esta bebida contiene 53.7 gramos de azúcar, lo que equivale a 10.7 cucharadas cafeteras de azúcar. Esta cifra supera ampliamente las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece que los azúcares añadidos no deben representar más del 10% de la ingesta calórica diaria total.
Según la OMS, en un solo envase de este producto, se cubre más del 100% de las necesidades de azúcar diaria para un adulto y hasta el 133.7% para un niño, lo que se considera excesivo y perjudicial a largo plazo.
Ingredientes y riesgos asociados
El producto en cuestión, Jumex Uva, está etiquetado con el sello Exceso de Azúcares y contiene un 30% de jugo de uva concentrado.
Sin embargo, el 100% de las calorías provienen de azúcares añadidos, lo que significa que la bebida está compuesta principalmente de azúcar y agua.
A pesar de la imagen de uvas en el envase, no se trata de una bebida natural ni beneficiosa, como podría sugerir el diseño del empaque.
El concentrado de uva utilizado en esta bebida no conserva los beneficios nutricionales de la fruta, como las vitaminas y la fibra, lo que convierte al producto en una fuente de azúcar pura y altamente concentrada.
Te puede interesar Este popular refresco contiene aditivo cancerígeno: El Poder del Consumidor
Además de los elevados niveles de azúcar, esta bebida contiene jarabe de maíz de alta fructosa, un endulzante que ha sido asociado con una serie de problemas metabólicos, como la obesidad, la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
El jarabe de maíz de alta fructosa está compuesto principalmente por fructosa y glucosa, pero la fructosa, cuando se consume en exceso y en forma libre, puede tener efectos negativos en el organismo, como el aumento de grasa en el hígado y alteraciones metabólicas.
El consumo frecuente de este ingrediente está directamente relacionado con el aumento de riesgo de enfermedades crónicas.
Colorante sintético con compuestos cancerígenos
Otro componente preocupante de este producto es el caramelo IV, un colorante sintético ampliamente utilizado en la industria de alimentos procesados. El caramelo IV se produce mediante una reacción química entre azúcares y amoníaco o sulfitos, lo que genera subproductos como el 2-metilimidazol y el 4-metilimidazol.
Estos compuestos han sido clasificados como carcinógenos en diversos estudios, y su consumo está relacionado con un mayor riesgo de desarrollar cáncer. En países como Estados Unidos, este tipo de aditivo debe ser etiquetado con una advertencia sobre sus efectos potencialmente nocivos para la salud.
A pesar de los riesgos conocidos, el caramelo IV sigue siendo utilizado en muchos productos, lo que eleva las preocupaciones sobre su presencia en la dieta cotidiana de los consumidores.
El consumo regular de bebidas azucaradas, especialmente aquellas con altos niveles de fructosa y aditivos como el caramelo IV, puede contribuir significativamente al desarrollo de sobrepeso y obesidad, condiciones que afectan a una gran parte de la población mexicana.
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022, alrededor del 93% de los escolares mexicanos consumen bebidas azucaradas, lo que ha llevado al aumento de casos de obesidad infantil y enfermedades relacionadas con el exceso de azúcar, como la diabetes tipo 2.
La elevada carga calórica de estas bebidas, sumada a la falta de nutrientes esenciales, provoca un desequilibrio en la dieta de los niños, favoreciendo el desarrollo de estas patologías.