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El paso lento de Ely, la elefante más triste del mundo Naturaleza Aristegui

Ante el daño psicológico y malas condiciones de vida que tiene la elefante Ely en el zoológico San Juan de Aragón, ambientalistas promovieron un amparo para trasladarla a un santuario de Brasil. Pero el gobierno de la Ciudad de México insiste en mantenerla cautiva, incluso presuntamente fabricando evidencia para que un juez favoreciese al zoológico.

  • Redacción AN / BJC
21 Apr, 2023 07:07
El paso lento de Ely, la elefante más triste del mundo
Foto: Río de la Torre | IG (@rio.tv.foto)

Por: Brandon J. Celaya Torres

Sábado 11 de marzo de 2023

El sol quema la cabeza de las personas reunidas en el Zoológico San Juan de Aragón, ubicado en la alcaldía Gustavo A. Madero, Ciudad de México. En la zona dedicada a especímenes africanos, se encuentra, sin el cobijo de alguna sombra natural, Ely. A ella también se le conoce como “la elefante más triste del mundo”.  Así la nombran activistas ambientales y al verla es fácil entender por qué.

Ely camina lento, con pesadez.  Como si en cada paso cargara los más de 4 mil años y medio de explotación que su especie ha sufrido: desde su primera domesticación forzada con la Civilización del valle del Indo, pasando por los circos romanos, las campañas bélicas de Alejandro Magno y Aníbal, su empleo como transporte de municiones durante las dos guerras mundiales… hasta la utilización de su imagen para atraer clientes y visitantes a zoológicos.

En la naturaleza los elefantes están activos 20 horas al día, caminando hasta 22 kilómetros durante este tiempo. Son animales con complejas relaciones sociales capaces de sentir empatía, reconocerse a sí mismos y recordar a otros.

Pero Ely camina sola.

El suelo que pisa es en su mayoría concreto, el peor tipo de sustrato para un animal de su peso y más aún cuando en su pierna derecha sufre de padecimientos crónicos en sus articulaciones, provocados por el tiempo en que fue utilizada en un circo.

Fernando Gual Sill, Director General de Zoológicos y Conservación de la Fauna Silvestre, justifica el uso de concreto en el recinto de Ely diciendo que es “texturizado” y esto le ayuda a limar sus uñas. Además de que cuenta con otros tipos de suelo como tierra y pasto.

En realidad, el diseño del recinto de Ely va en contrasentido de estándares internacionales como los de la Asociación de Zoológicos y Acuarios (AZA por sus siglas en inglés) y la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA en inglés).

El primero de estos menciona que la mayor parte del suelo en exteriores para un elefante debe consistir de sustratos naturales: tierra, arena y pasto. En ninguna parte de sus pautas menciona el concreto, material que forma la mayoría del recinto de Ely.

Por otro lado, EAZA señala que el piso de concreto solo debe ser usado en áreas donde el elefante no pasará largos periodos de tiempo. Ely come, se ejercita y es exhibida en un suelo casi completamente de este material.

“Se le sirve su comida en el concreto. Eso es una forma de obligarla a estar ahí. Es condicionamiento. Es: o comes sobre concreto o no comes”, señala la abogada de Ely, Susana Ramírez Terrazas.

Foto: Río de la Torre | IG (@rio.tv.foto)

El Sol no da tregua. Ely se acerca a los visitantes que la ven unos cuantos segundos y luego se van.

Quien se mantiene largos minutos e incluso horas es Diana Valencia, directora de Abriendo Jaulas Abriendo Mentes. La activista se levanta de su silla de ruedas, saca una pequeña cámara point & shoot y comienza a retratar a la elefante.

Esto lo ha hecho por años, incluso antes de que una lesión en la pierna le dificultara su andar. Con esa cámara, Diana ha documentado los efectos psicológicos y físicos que el encierro ha tenido sobre Ely: por lo menos, coprofagia y zoocosis.

“La zoocosis es un trastorno conductual común en los animales en cautiverio. A los animales en zoológicos que están encerrados prolongadamente, este trastorno los obliga a que hagan movimientos repetitivos sin que el animal lo pueda controlar y generalmente resulta en lesiones autoprovocadas. Los animales siguen con los movimientos a pesar de sus heridas”, explica la divulgadora de la ciencia Lucía Hernandez.

“Hay evidencia considerable de que mantener a elefantes en cautiverio es dañino para su bienestar mental y físico. También es ampliamente reconocido que mantener a una especie social así de sola, negándole su necesidad de compañía, invariablemente pone en riesgo su salud”, señala la organización Born Free.

Esta asociación, que a su vez pertenece a la Red en Pro de los Elefantes (PREN, inglés), emitió un comunicado oficial el 6 de enero de 2023 en el que muestran su preocupación por los movimientos estereotípicos de Ely que reflejan un daño psicológico a largo plazo.

“Ely se golpea en las puertas, se sacude en los barrotes por las estereotipias. Esto ocasionó que se lastimara un colmillo y se lo tuvieran que cortar”, acusa la abogada ambiental Susana Ramírez.

En cambio, el director de Zoológicos y Conservación de la Fauna Silvestre señala que en efecto se le cortó el colmillo – “más bien se llama incisivo”, puntualiza – por un proceso preventivo de mantenimiento ante grietas que “naturalmente” le salen a los elefantes y pueden provocar complicaciones de salud.

Por otro lado, la Secretaría de Medio Ambiente (SEDEMA) de la Ciudad de México informó en una solicitud de transparencia que el recorte de los colmillos redujo la frecuencia con la que Ely “atoraba sus colmillos en una puerta para sacarla de su riel”.

Fotos: SEDEMA

La cámara de Diana también ha capturado en imágenes y video las condiciones precarias bajo las que vive Ely, por ejemplo, con alimentación inadecuada, agua sucia y sustratos de suelo inapropiados para cualquier animal de su especie.

Con la evidencia fotográfica de Diana Valencia, el Santuario de Elefantes Brasil aceptó en 2018 a Ely en sus instalaciones y tildó de “imperativo” su traslado. Cinco años después del ofrecimiento, las autoridades capitalinas ni siquiera han aceptado que expertos internacionales evalúen a Ely para determinar si el traslado es viable.

A quienes sí han aceptado es a personal evaluador sin identificar, pues sus nombres fueron testados en los documentos que dieron vía Transparencia.

Uno de los expertos felicitó en 2017 al Zoológico de Aragón y consideró positivo su estado de salud.

Pero precisamente de este año datan las primeras evidencias físicas, a las que este reportero tuvo acceso, de zoocosis– incluyendo episodios en que la elefante se golpea repetidamente a sí misma –, además de coprofagia. Asimismo, fotos y videos de esta época la muestran raquítica y con problemas de caminar.

Foto: SEDEMA

Personal del Greens Zoological Rescue and Rehabilitation Center Society aplaudió en 2022, a través de una breve carta, al Zoológico de San Juan de Aragón por las condiciones en que mantiene a Ely. Este centro animal pertenece a Reliance Industries; un conglomerado multinacional indio que se dedica a la petroquímica, energía y gas natural, entre otras actividades. Además, es propiedad de la familia más rica de la India.

Las felicitaciones contrastan con las imágenes y videos, además de lo escrito por la académica Catherine Doyle en el libro The Ethics of Captivity (La ética del cautiverio), publicado por Oxford.

No hay manera ética de mantener a los elefantes en cautiverio, sin importar las supuestas justificaciones de conservación. Porque la cautividad no puede acomodar lo que los elefantes verdaderamente son, lo que pueden y lo que se les debería permitir convertirse”, asegura la investigadora en un capítulo dedicado específicamente al cautiverio de elefantes.

La académica argumenta que los paquidermos son animales de naturaleza altamente social y con una inteligencia comparable al del humano. Por lo anterior, necesitan espacio, estimulación y compañía para prosperar.

Además, señala Doyle, los elefantes en cautiverio a menudo sufren de problemas de salud como obesidad, enfermedades crónicas y comportamientos estereotipados, como balanceo o caminar en círculos. Los mismos que Ely ha presentado desde por lo menos hace seis años.

Luego de un recuento histórico del cautiverio de los elefantes, Doyle asegura que este animal se convirtió en el símbolo de los zoológicos; llegando a ser una herramienta para competir y atraer más visitantes.


La liberación controlada

“Sería catastrófico: Ely moriría en el viaje. Son kilómetros y kilómetros”, prevé Alinka Vannesa Olea y Wagner, la directora del Zoológico Aragón, sobre la posibilidad de trasladar a Ely al santuario brasileño.

Para ella, la loxodonta africana cuenta con todos los cuidados para desenvolverse plenamente, aún en cautiverio, y no vale la pena arriesgarla a un viaje que podría costarle la vida.

“Eso es un lugar común que usan todos los zoológicos del mundo para no liberar a sus elefantes”, revira Scott Blais, director del Santuario de elefantes de Brasil, el único de su tipo acreditado en Sudamérica.

Ningún elefante ha muerto durante los traslados que hemos hecho”, enfatiza el experto canadiense al ser consultado por Aristegui Noticias. “Hemos movido a docenas de elefantes en Norteamérica, nueve en Argentina y uno en Chile mediante avión”.

“Primero deben pasar rigurosos estudios de salud psicológica y física. Después, nuestros expertos trabajan en conjunto con sus cuidadores para preparar al animal– por ejemplo, se preparan dietas especiales– y así asegurar el éxito del viaje. El proceso de mudanza puede cancelarse en cualquier momento si el bienestar del animal se ve amenazado”, explica.

Al santuario que dirige Blais han llegado elefantes mucho más viejos y en peores condiciones que Ely. “Hemos logrado trasladar, rehabilitar e incorporar al nuevo hábitat a elefantes ciegos, desnutridos y con muchas enfermedades”, afirma.

El traslado a un santuario no es un capricho, sino la mejor forma de que un elefante pueda desenvolverse en un ambiente más natural y, sobre todo, con otros de su especie.

“Recuerdo en una ocasión que el director de un zoológico no quería trasladar a sus elefantes. Lo que le ofrecí fue una visita al santuario para que nos conociera. Cuando nos visitó, cambió su opinión y aceptó el traslado. Tiempo después de que llegara el elefante, el director vino nuevamente a visitarla. No pudo contener las lágrimas al ver el cambio tan dramático en la actitud y comportamiento del elefante: él ya comenzaba a bramar, cuando en el zoológico no hacía un solo sonido”, comparte emocionado Scott.

Pero Gual Sill se mantiene en la postura de rechazar cualquier posibilidad de un traslado. No solo por el peligro de muerte, sino porque “no consta que realmente vaya a convivir con elefantes africanos”.

La realidad es que el Santuario de Brasil cuenta con un área dedicada a este tipo de paquidermos. “Tenemos un contrato para la llegada desde Argentina de tres elefantes africanos de la misma edad de Ely”, señala Blais.

El tiempo que Ely ha estado viva es imposible de determinar con precisión. Los propios registros médicos de Ely emitidos por el gobierno capitalino sólo pueden aproximarse a 38 años.

En mayo de 2022, las elefantas Pocha y Guillermina– madre e hija, una de 56 años y la otra de 24– llegaron con bien al santuario de Brasil desde Argentina. Cabe destacar la edad de Pocha, 56 años, 18 más que Ely.

Foto: Río de la Torre | IG (@rio.tv.foto)

“Hasta ahora todos los elefantes que han sido trasladados a santuarios se adaptan perfectamente bien. Como todos han sufrido algo semejante se identifican. Se identifican, se protegen y se ayudan. Puedo asegurar que Ely sí aguantaría”, afirma en entrevista la activista Diana Valencia.

Activistas de 13 países firmaron y enviaron una carta fechada el 29 de marzo de 2023 al canciller mexicano Marcelo Ebrard para solicitar su intervención en la aprobación del traslado de Ely. Como respuesta, el 19 de abril, en su cuenta oficial de Twitter, el funcionario escribió: “desde luego cuenten conmigo”.

Foto: Río de la Torre | IG (@rio.tv.foto)

La activista termina la sesión fotográfica de hoy. Vuelve a su silla de ruedas y deja el zoológico. “Unidos por Ely”, dice la playera que lleva puesta.

Domingo 27 de marzo de 2023

Este reportero conocerá de cerca a Ely el próximo lunes. La suspicacia lo lleva a visitar un día antes el recinto de la elefante para ver si habrá cambios de un día para otro, lo que termina sucediendo.

Por lo pronto, es domingo. Ely come al interior de su dormitorio. La segunda mitad de su recinto lleva más de una semana sin estar abierta, por trabajos de ampliación.

Del único árbol que tiene Ely para simular la naturaleza cuelga un viejo dispensador de comida llena de forraje. El clima es árido y la poca tierra que tiene Ely está seca. Su agua huele fuertemente a cloro.

Foto: BJC/AN

La elefante no sale. Come entre cuatro paredes y su hábitat está como de costumbre: seco.

El amparo de Ely, el plagio del Zoológico y la presunta fabricación de evidencias

La disputa por la liberación controlada de Ely a un santuario llevó a Susana Ramírez a interponer un amparo en agosto de 2022 para que Ely fuera reconocida como persona no humana.

Como parte de las diligencias del histórico Habeas Corpus, identificado con el número de expediente 1092/2021, el juez Cuarto de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México, Ulises Oswaldo Rivera González acudió a realizar una inspección al recinto de Ely el sábado 23 de abril de 2022.

“El juez acudió a dicha diligencia. Se presenta en tiempo y forma a la inspección, pero para nuestra sorpresa, el juez llega a la cita con su familia”, narra Susana Ramírez, quien atestiguó directamente el hecho que denuncia.

No nada más acudí yo sino que varios activistas y organizaciones como Todos Somos Animales y Anima Naturalis”, especifica.

Para la abogada, la visita del juez fue poco menos que un show y un paseo familiar.

Al recinto “lo pintaron, adornaron e inclusive le pusieron un día antes una lona para tapar a Ely del Sol. Fue un montaje, un show”, afirma. Tal malla no se encuentra actualmente en el hábitat de la loxodonta.

Susana cuenta a Aristegui Noticias que los activistas presentes le hicieron saber al juez Oswaldo Rivera que el estado en que vio el recinto no corresponde con el día a día de la elefante.

“La fedataria que registró la visita no documentó que Ely estaba sobre concreto, que Ely no tenía vegetación más que en el 15% del recinto. Tampoco que toma agua de una fuente que por lo regular está estancada, apestosa y en malas condiciones”.

“Nos llamó la atención que no se mencionara en esa fe de la visita que Ely vive sola. Cuando es una especie gregaria por naturaleza”, agregó.

Foto: Río de la Torre | IG (@rio.tv.foto)

Otra irregularidad en el proceso del amparo se refiere a un presunto plagio cometido por autoridades del Zoológico en una evidencia presentada por Alinka Vanessa Olea y Wagner, la directora de San Juan de Aragón.

Esta “evidencia fabricada”– como le llama Susana Ramírez– fue presentada el 14 de julio del año 2022 en la Oficialía de Partes Común.

El documento que Olea y Wagner utilizó en el caso se titula “Seguimiento Conductual Del Ejemplar De Elefante Africano De Nombre Ely” y contiene un apartado titulado “revisión del etograma”, realizado por el veterinario Jorge Enrique Serrano Castro y firmado por Martha Elena Castro Guzmán.

La mencionada prueba contiene párrafos extraídos textualmente y sin citar de manera adecuada del documento “The Elephant Ethogram: A Library of African Elephant Behavior” alojado en el sitio web de la organización  Elephant Voices.

“Básicamente hicieron copy-paste de lo que les convenía”, denuncia la abogada que promovió el amparo, Susana Ramírez.

“El etograma del elefante africano (…), fue obtenido principalmente de las valiosas y constantes aportaciones de la Organización Elephant Voices”, dice el documento presentado a manera de atribución.

El presunto plagio incluso va en sentido opuesto al trabajo y misión de Elephant Voices; esta organización lucha por erradicar el cautiverio de elefantes en zoológicos y en su lugar apostar por extensos “parques de elefantes” donde los paquidermos puedan convivir con sus especie y tengan un entorno más natural y lejos del concreto.

De hecho, la directora de la organización, Joyce H. Poole, rechazó que las autoridades de la Ciudad de México utilicen el nombre de Elephant Voices y tergiversen la información de su sitio web para justificar mantener a Ely en el Zoológico de Aragón.

Foto: Río de la Torre | IG (@rio.tv.foto)

“Me ha llamado la atención que en el caso legal relacionado con el elefante africano ‘Ely’, M. En C, M.V.Z. Martha Elena Castro Guzmán ha hecho una declaración afirmando que Yo/Elephant Voices apoya la tenencia de elefantes en los zoológicos. Además, se afirma que nuestra investigación muestra que está bien mantener cautivos a los elefantes de esta manera. Esto es absolutamente falso y no doy permiso para que mi trabajo, mi nombre o el de Elephant Voices sea tergiversado de esta manera”, dice la comunicación escrita y firmada por Joyce Poole.

A través del área de comunicación de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (SEDEMA)– misma que coordinó la visita privada de este reportero al hábitat de Ely– se solicitó la versión de la directora del zoológico de Aragón, pero hasta la publicación de este reportaje no ha habido respuesta.

Asimismo, el periodista que firma este reportaje solicitó la versión del juez Ulises Oswaldo Rivera González, pero al encontrarse todavía en el caso del amparo abierto no pudo ofrecer comentarios.

Finalmente, en marzo de 2023, el juez falló en contra del amparo y favoreció a la Ciudad de México. Decisión que ya fue apelada por organizaciones ambientalistas.

“Hubo mucha corrupción en el juicio”, acusa la abogada Susana Ramírez.

En su resolución, el juez explicó que Ely no sufre de maltrato y que no le consta que la elefante mejorará su vida al ser trasladada.

“No necesariamente tenemos que ver el maltrato animal como estamos acostumbrados a verlo por ejemplo en los animales de compañía o situación de calle. Esta especie, está comprobado científicamente, le ocasiona un daño al cerebro el encierro. Mentalmente se ven afectados por el encierro y la absoluta soledad”, menciona Diana Valencia.

Lunes 28 de marzo de 2023.

El dormitorio de Ely es un espacio amplio, donde según Gual Sill cabrían hasta cuatro elefantes. El piso es de suave neopreno que se adapta al peso– “único en el mundo”, presume Fernando Gual Sill, titular de la Dirección General de Zoológicos y Conservación de la Fauna Silvestre.

Este suelo debe ser un alivio después de horas de pisar concreto pesando más de tres toneladas.

Pero hay un detalle: está lleno de hoyos “provocados por cómo Ely apoya sus colmillos para levantarse”, a decir del Director de los zoológicos capitalino. Imágenes que datan de 2019 ya muestran estas averías, mismas que cuatro años después son más dramáticas.

El dormitorio conecta a la zona de cuidados sin contacto directo. Un par de metros y unos altos barrotes de metal separan a Ely de sus cuidadores humanos y de este reportero.

La cercanía al elefante permite apreciar con detalle su lastimada piel que está llena de arrugas por la hiperqueratosis que surgió durante su época en el circo.

Su cuidador, Toño, le llama con voz firme y órdenes precisas. Así, Ely da la pata y la introduce a un cubículo de metal que permite manipular su extremidad de manera segura. Allí le aplican el tratamiento diario para el cuidado de sus pies.

“Los elefantes tienen cinco dedos, pero en las patas delanteras solo se aprecian cuatro uñas y en las traseras tres. Es como si los otros dedos solo fueran internos”, dice a manera de dato curioso Gual Sill, mientras observa cuidadosamente el tratamiento.

Foto: BJC/AN

En el transcurso de sus cuidados, otro manejador arroja manzanas a Ely como forma de premio. Es condicionamiento operante en la práctica.

Luego de atender las dos patas delanteras, Toño da una sonora orden y guía a Ely para que se dé la vuelta. Así, ella gira su inmensidad, da la espalda y coloca una de sus patas traseras en el cubículo.

“Eso es simulación, eso es teatro. Que dé la pata es como si siguiera en un show de circo. En su naturaleza eso no lo hace. Lo hace porque el humano la condicionó a hacerlo”, explica Susana Ramírez.

Gual Sill, por su parte, argumenta que si bien es condicionamiento, la elefante escoge si va o no a la zona de cuidados. “Si un día no está de humor, simplemente no se acerca. Todo es con la voluntad del animal”, señala.

Voluntad es una palabra curiosa cuando un elefante solo ha conocido el encierro, los maltratos en circos y el condicionamiento en un zoológico.

“Cuando a un elefante se le rehabilita en un santuario se aplican las Tres R: readaptación, reubicación y rehabilitación. Una vez allí, se le atiende con métodos menos invasivos, por ejemplo, sin que tenga que dar la pata. En santuarios ellos dejan de hacer ese tipo de movimientos porque son contra natura”, afirma la abogada de Ely.

Foto: BJC/AN

Luego de sus cuidados, Ely regresa a la zona de concreto donde es exhibida.

Del árbol donde Ely come ya no cuelga el viejo dispensador de alimento, sino otro llamativo de color azul. El contenido no es forraje como un día anterior, sino zanahorias, sandía, melón, pasas y demás gustos para la elefante.

“Así hacemos que ejercite los más de mil músculos que tiene en su trompa”, explica Fernando Guall con una amable sonrisa en el rostro. A un lado se mantiene en silencio y con la mirada fija en Ely, Alinka Olea y Wagner.

La visita del lunes a Ely culmina con un baño que su cuidador le da sobre un montículo de tierra que en otras visitas no estaba. Con una gigantesca manguera, Toño refresca a Ely de las inclemencias del clima.

La elefanta usa su trompa para tomar el lodo que se genera a sus pies y untarlo en su dañada piel. Mueve su cabeza efusivamente como si agradeciera el agua que cae de la otra trompa, esta artificial artificial, y casi se puede escuchar a Ely barritar.

Es un espectáculo inédito.

Foto: BJC/AN

Para las autoridades del zoológico, trasladar a Ely a un santuario sería cortar su “vínculo” con su cuidador y el resto de humanos que la frecuentan.

Pero Susana Ramírez es enfática: “Ely si bien es cierto tiene un vínculo con su cuidador, eso se le llama improntación y va en contra de cualquier especie animal. Ely necesita interactuar con su propia especie”

La abogada ejemplifica lo anterior con la película Náufrago (2000), protagonizada por Tom Hanks.

Este largometraje cuenta la historia de Chuck Noland, un empleado de FedEx cuyo avión se estrella en el Océano Pacífico, dejándolo varado en una isla desierta durante cuatro años. Mientras está en la isla, Chuck le pinta un rostro a un balón y lo convierte en su amigo Wilson.

“Él se acostumbra al balón, pero este realmente no le contesta. No es una relación, es una impronta. Cuando pierde el balón sí hay una dificultad, pero cuando el náufrago es rescatado aprende a convivir con su especie y mejora”, explica Susana, adelantando lo que podría suceder si Ely es trasladada a un santuario.

“Yo he tenido vínculos fuertes con elefantes y aún así sé que nada se compara con la relación que forman entre ellos”, agrega Scott Blais quien antes de dirigir el santuario de Brasil trabajó como entrenador de paquidermos en el African Lion Safari ubicado en Ontario, Canadá.

Foto: BJC/AN

Al terminar su baño, Ely se acerca a la orilla de su recinto donde unas palomas comen pedazos de melón y sandía que Toño dejó desperdigados entre las piedras.

Con un movimiento de su trompa asusta a los alados ladrones, toma la fruta y la engulle. Su movimiento es casi gentil y calculado, como si no quisiera lastimar a las aves.

Gual Sill cierra la visita privada explicando que no todos los días preparan el recinto de Ely de manera igual, le hacen los mismos juegos ni le dan la misma comida. Esto, según sus palabras, con el objetivo de que sienta que está en la naturaleza donde todos los días descubriría algo nuevo y también para que no se vuelva monótono.

He ahí el meollo del asunto: en cautiverio hasta la felicidad se convierte en monotonía.

¿Quién es Ely para ti?

Responde Diana Valencia, de Abriendo Jaulas Abriendo Mentes:

“Siempre que vengo a verla siento impotencia, siento tristeza. Que un ser tan majestuoso, tan gentil, tan maravillosamente inteligente, lo tengamos confinado en este cajón de concreto únicamente para que vengan a visitarla y se queden dos minutos con ella y digan ‘ay mira el elefante’. Hay comentarios que dicen ‘Está está vieja, está arrugada, está fea’. Ahorita hace un momento una pareja de adultos claramente dijo ‘Está triste’. La gente lo percibe.

Siento impotencia de no entender por qué las autoridades se niegan a darle una oportunidad a Ely de cambiar su vida y sacarla de esta cosificación

Le pido a las autoridades que conecten su mente con su corazón. Tengan comprensión para Ely. Saben lo que necesita, solo deben decidir dárselo”.

Responde Alinka Vannesa Olea y Wagner, directora del Zoológico de Aragón:

“Es un animal magnífico e inteligente. Tener a Ely y realmente vivirla de cerca y estar por las mañanas y venir a ver cómo está. Te das cuenta de la cognición tan impresionante que tiene y el vínculo que tiene con la gente. Particularmente este animalito que viene de un circo y ya tiene muchos años aquí.

Por ejemplo, tiene unas campanas en su dormitorio y cuando los cuidadores están arreglando su cama. Ella les habla y hasta que ellos no van a decirle ‘Bueno días, Ely’ no deja de tocar la campana. Todo ese vínculo, toda la conducta que despliega durante el día es impresionante. Y nos trae moviditas. Nosotras trabajamos al ritmo que ella dice.

Aquí lo que se le da son muchísimas opciones para que ella tenga la opción de elegir lo que quiera hacer. Ese es el bienestar animal. Darle a los animales opciones para que ellos elijan qué quieren hacer.

Es muy padre tener un elefante y conocerlo es increíble. Es muy apasionante”.


Responde Fernando Gual Sill, director General de Zoológicos y Conservación de la Fauna Silvestre

“Ely es un animal maravilloso. Cualquier elefante y cualquier especie silvestre lo son. Por algo muchos de nosotros estudiamos veterinaria. En mi caso por algo me dedico a esto, para atender a estos animales y tener el conocimiento necesario para darle atención a los animales que por la situación que sea tienen que estar bajo cuidado profesional en un zoológico.

Nos dedicamos a ella y al resto de animales que tenemos bajo cuidado profesional en zoológicos de la Ciudad de México. Es nuestra prioridad y para eso estudiamos y a eso nos dedicamos. Ely es un animal especial. Por su inteligencia, cada elefante tiene su propia personalidad. En el tiempo que ha estado aquí, Ely ha ido aceptando este nuevo entorno que cambió lo que fue su vida en un circo.

Como zoológicos tenemos que ver por su salud y bienestar y eso lo a lo que nos vamos a dedicar y vamos a hacer todo lo que esté en nuestras manos y más allá porque esto lo estamos trabajando con gente del medio; del medio de zoológicos del medio de la gente y especialistas en elefantes de todo México y algunos de de fuera de México que nos han dado sus recomendaciones y ya han evaluado la situación. Entonces es una prioridad para la Comunidad de zoológicos de México que Ely esté en las mejores condiciones de salud y bienestar y eso es a lo que nos vamos a dedicar”

Responde Susana Ramírez, abogada de Ely

“Me vas a hacer llorar… Disculpa. Esa pregunta me la hizo un magistrado superior cuando estuve frente a él y me dijo: ‘Tiene que haber justicia para Ely’.

Ely es… una hembra privada de su libertad, explotada laboralmente, explotada por el humano.

Ely es una hembra la cual fue, es y sigue siendo privada de su vida, de su especie, de su conducta. Ha sido una hembra que no se le ha permitido aparearse, ni siquiera tener un contacto con otros elefantes.

Es una hembra de especie no humana que merece su libertad, por justicia, porque ya no estamos en épocas de cavernícolas donde ellos eran simples objetos.

Ely es para mí una hembra no humana, la cual piensa, la cual siente, la cual sufre. Sufre bastante”