¡Bienvenido Juanito! Conoce al tierno burro recién nacido en IPN 
Actualmente hay 21 burras y burros que viven en las instalaciones del Instituto Politécnico Nacional.
- Redacción AN / AG

El Instituto Politécnico Nacional (IPN) dio la bienvenida a su nuevo integrante.
Se trata de Juanito, un tierno burrito, quien nació en las instalaciones del plantel Zacatenco del Instituto.
A través de redes, la institución académico dijo:
“¡Nació Juanito! A partir de hoy, tenemos un nuevo #PolitécnicoDeCorazón, le damos la bienvenida a este tierno burrito, nacido hace unos días en Zacatenco.
“¡Ya eres parte de la #ComunidadPolitécnica! ¡Bienvenido a tu casa, el #IPN! #Huélum”, dijo el IPN en el post.
Juanito se une a los 11 burros que tiene el IPN
Actualmente en el Instituto Politécnico Nacional viven 21 burritas y burritos, 10 machos y 11 hembras.
De acuerdo con el Instituto, 14 de los 21 asnos cuentan con un nombre.
Los burros se llaman: Marroquín, Platero, Willy, Polito, Pinto y Algodón.
Las burras: Azálea, Clío, Lola, Rubí, Parda, Güera, Bruna y Güerita.
¿Por qué el burro es la mascota del IPN?
Muchas y variadas versiones anecdóticas han tratado de explicar el origen de la burrita blanca, todas ellas con algún grado de credibilidad.
Según cuenta una de ellas, hacia 1936, el ingeniero Juan de Dios Bátiz, impulsado por el entusiasmo de grandeza para el IPN, mandó alambrar la mayor extensión posible de terreno, seguramente avizorando la expansión futura del Instituto.
Al hacerlo, los jóvenes estudiantes, que siempre trabajaron a su lado, dejaron dentro del cerco una burra blanca, cuyo dueño fue a reclamarla al maestro Bátiz quien, con la gracia y picardía combinadas con la formalidad que lo caracterizaban, le dijo: Toma los pesos (sic) que vale la burra, porque va a ser la mascota del Politécnico.
Te puede interesar > Piden rescatar a ‘Manuelín’, burro al que obligan a tomar cerveza en Acapulco
Otras versiones
Afirma que un grupo de jugadores y estudiantes la encontraron y adoptaron.
También se dice que se le escapó a su dueño, huyó hacia los terrenos del IPN en Casco y los estudiantes que la encontraron hasta ofrecieron monedas de oro por ella.