Excavación refuerza ambiente cosmopolita en CDMX 
El predio intervenido, ubicado en la calle Artículo 123, ha sufrido tres reestructuraciones, la última cuando habitantes ingleses arribaron al área, en las postrimerías del siglo XIX.
- Redacción AN / OR

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) confirmó, tras una excavación arqueológica en un predio de la calle Artículo 123, que en la Ciudad de México que “se respira un ambiente cosmopolita”, desde tiempos prehispánicos en la capital del país.
En el lugar localizaron distintos sistemas de cimentación, con diversas tecnologías y materiales constructivos, implementados a partir de la época colonial, ante la problemática que representa una zona pantanosa y sísmica, como este espacio que perteneció a la parcialidad prehispánica de Moyotlan, en la periferia de Tenochtitlan.
Los contextos descubiertos, apunta Liliana Márquez Escoto, directora de las tareas arqueológicas en el lugar, demostraron una ocupación constante que se remite a la época prehispánica, según lo indicó la presencia de cerámica, principalmente del periodo Posclásico (1200-1519 d.C.).
Márquez Escoto detalló que el acompañamiento por parte del instituto se dio a propósito de un proyecto inmobiliario en el lugar, el cual mantiene su fachada de estilo art déco de las primeras décadas del siglo XX; junto a la primera construcción de la iglesia anglicana en el país, Christ Church, una obra realizada por el arquitecto, Harwood H. Simpson, edificada entre 1893 y 1895.
Apenas caída la capital mexica, su extrarradio comenzó a modificarse para la expansión de la capital novohispana, pero el cambio definitivo del área se dio a mediados del siglo XIX, consecuente a los planes de transformación hacia una nación moderna explicó el INAH, a través de un comunicado.
La instauración de Christ Church, ejemplo de la arquitectura neogótica, es rastro del capital británico (entre otros de origen extranjero) que codiciaba la administración de Porfirio Díaz, a finales de esa centuria.
En ese sentido, la experta señala que una tercera reestructuración del terreno que ocupa el predio de Artículo 123, corresponde justo a ese momento. Al sur del terreno se registró la clausura de una letrina que contenía gran cantidad de loza fina blanca de importación, de la que sobresalen los restos de una escupidera procedente del Hospital de Greenwich, en Londres, antigua residencia para los navegantes retirados de la Marina Real británica.
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El INAH describe que con la asistencia en campo de los arqueólogos Emilio Antonio Garcés García y Miguel Ángel Luna Muñoz, localizaron dos columnas de tabique de la época colonial, las cuales fueron adosadas, en el México Independiente, a muros de medianería (utilizados para dividir terreno). La tercera ocupación del espacio, nos la indica la reutilización de ese par de columnas, cuando habitantes ingleses arribaron al área, en las postrimerías del siglo XIX.
“También de mediados de esa centuria, al norte de la excavación, se encontró una cimentación que combinaba el sistema de pilotaje tradicional con el uso de columnas redondas, señaladas en antiguos tratados de arquitectura (de Vitruvio y Alberti) como necesarias en una zona pantanosa y sísmica. Esta estructura perduró aún entrado el siglo XX”, detalla la especialista.
El siguiente paso, describe la investigación antropológica dada a conocer, ha continuado en los archivos y notarías históricos, permitiendo cotejar la ubicación del predio en planos decimonónicos, como el Plano General de la Ciudad de México de 1866, de Decaen y Debray, y litografías como la realizada por Casimiro Castro, en 1858.
En ellos, se han constatado los cambios urbanos que partieron en la segunda mitad del siglo XIX, con la llegada de comunidades extranjeras al país.
El caso del predio en Artículo 123 es llamativo, porque el terreno formaba parte de la colonia francesa, es probable, deduce el INAH, que fuera habitado por ingleses y, legalmente, perteneciera a una persona de origen español.
Los expertos mantienen su búsqueda a fin de precisar la o las funciones que mantuvo el espacio al paso de los siglos, así como el origen de sus moradores. Lo cierto es que los contextos arqueológicos parecen ahondar en una segunda etapa cosmopolita (luego de la variopinta sociedad novohispana) de la Ciudad de México.




